Diego Villalba El Bollero

    DIEGO 'EL BOLLERO'

   El Bollero nunca defraudó. Hasta el punto que el barrio de Capuchinos alcanzó un puesto de primacía en el carnaval malagueño.




     Diego Villalba Jiménez ‘El Bollero’ nació en 1898 en el barrio malagueño de El Molinillo, en una casamata de la Calle Salamanca, donde vivía con su madre y su padre Diego Villalba Lozano, que trabajó muchos años de confitero y que fue el creador de los típicos bollos de aceite malagueños.   

  Aunque Diego Villalba naciera en el Molinillo, era ‘capuchinero de pura cepa’. Sucedió que tuvo que trasladarse con su familia a la Alameda de Capuchinos cuando era muy joven, y más tarde formó su propio hogar en la calle Hurtado, donde transcurriría casi toda su vida en medio de un hálito de popularidad, no exclusivamente en su barrio de Capuchinos, sino en toda Málaga.

  Otra instantánea, más reposada y serena, de este célebre murguista en los años de su máxima popularidad .
(Foto Archivo Julián Sesmero)

     El Bollero tenía dos vocaciones artísticas. Por un lado, como figura individual, cuando las circunstancias le derivaban a salir sin agrupación, a modo de ‘pregonero-romancero’, cuando salía subido a un coche de caballo portando una cartela con dibujos, en cuyas viñetas, señalaba con un largo puntero e iba parodiando alguna historia. Era detenerse el vehículo en cualquier calle y formarse, de inmediato, un gran corro de curiosos que reían, celebraban y aplaudían su repertorio.

    La otra vocación del Bollero había de situarla en la murga más interesante y conocida de la época, la cual llevaba su propio nombre: La Murga del Bollero.

    Sus apariciones durante Febrero de las décadas 10 (finales) y 20 demostraron que había sabido conectar perfectamente con el espíritu de los mejores carnavales locales de los últimos tiempos. La gente esperaba sus apariciones y ocurrencias en la calle Dos Aceras. La vida carnavalera del barrio de Capuchinos se centraba, y durante casi todo el año, entre la Carrera de Capuchinos, Los Postigos ó la calle Hurtado. La murga del Bollero era la más representativa del barrio y, en Málaga, una de las más esperadas.

    El año de la murga ‘La Niña a lo Garçón’, 1920, felices días de la europea “belle epoque”, hizo su murga inspirada en el histórico corte de pelo de las mujeres fieles a la moda francesa. 

…Una niña pelá a lo garçón, pelá a lo garçón
en lo hondo calle dos Aceras
pegó un resbalón, pegó un resbalón

Al caerse la niña de espalda
se le vio el tiznón, se le vio el tiznón.
Y el bollero que estaba delante
se lo blanqueó, se lo blanqueó…

    Nuestro personaje hizo popular a la murga ‘Los Papas Fritas’ en el año 1928, pero no menos lo fueron ‘Los Niños Zangolotinos’ o ‘Los Negros’ de 1929, según recordaba su hermana Isabel Villalba Jiménez. Esta letra hizo popular a Diego:

A lo alto la alcazaba
contrataos fuimos tos
y perdimos hasta los pitos
de lo que allí se formó

Tocamos un pasodoble
y al pasar por el boquete
nos largaron un balde mierda
que nos partió el clarinete.

El de la batuta, nuestro director
un mojón de a kilo fue lo que cogió,
echaron un balde ‘mierda’ por una ventana
y lo tuvo que recoger la policía urbana.

    La letra aludía a unos descubrimientos arqueológicos en Egipto de la tumba de Tutankamón, y en Málaga se estableció el mismo año el servicio municipal de Policía Urbana con sus brigadas de barrenderos, y la murga hizo historia con aquella letra.
Portada del Libreto de la Murga malagueña 'Los Papas Fritas', 1928.
   
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      ‘El Niño del Trompo’ fue un personaje caracterizado en esa época el centro de Málaga que dio mucho que hablar: “Salió un hombre a la calle casi desnudo, vestido de ‘chiquillo’ con un simple babero hasta las rodillas que sólo iba abrochado por delante. El discreto ‘nene’ tiraba un trompo y cada vez que se agachaba a recogerlo se le veía lo que no estaba escrito (…) de manera que generaba cachondeo gratuitamente. Se recuerda que: un ‘amigo’ del despacho de bebidas, le dio una botella de vino con una pulga laxante: ‘jarapa’; y cuando bebió, al rato, salió corriendo entre el público gritando: ¡Mamá caca! ¡mamá caca!”

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       A Diego 'El Bollero' se le recuerda contratado en el célebre café “La Palma Real” de calle Larios, dentro de un escaparate incitando a la gente a merendar. Como el Bollero era rollizo, de buen color, gordito y simpático, se le ponía como modelo de comilón en una cafetería con un cartel que decía: ‘ESTÁ SALUDABLE PORQUE MERIENDA EN LA PALMA REAL’. Se ganó la vida también vendiendo pirulines de arropía que fabricaba él mismo, fue trabajador de las Casas Cantó; fue hombre anuncio de las hojas de afeitar La Rosa; paseaba por las calles como hombre- sándwich. Por último fue guarda-calles de una urbanización junto al mar donde trabajó en la construcción de la misma. Con 60 años de edad fallecería en 1958.
Diego 'El Bollero' parodiando ser el ganador el Premio del Mantón de Manila.

   El himno actual del Carnaval de Málaga, recuerda su nombre y figura. En su barrio de Capuchinos hay una calle con su nombre: Pasaje de Diego El Bollero.
Ven a bailar
cantemos juntos que llegó el carnaval
mi niña Málaga se pone el disfraz
y por sus calles va garbosa y airosa
cual linda mujer.

Málaga es la diosa y reina de la felicidad
la guapa y bella muchachita del mar
que canta y ríe, salta y baila con su carnaval
con su carnaval.

Ya nadie se acuerda de Diego El Bollero
que vendía bollos y era panadero
y que con su murga la liaba de verdad
con su duende malagueño y aquel ensueño de carnaval.

El carnaval vuelve con sus tradiciones
que ya estaba Málaga hasta los…jardines
de nuestra Alameda por donde se ven pasar
a las murgas y comparsas cantando coplas de carnaval
que vivan nuestras costumbres
Málaga bella niña del mar.

En cualquier esquina hay una parodia
que cuenta su historia con muy buen humor
y entre papelillos, serpentinas y fuegos artificiales
el pueblo vive las fiestas que nos regalan los carnavales.


El cielo nos manda a nuestro Dios ¡Momo!
que es le que bendice nuestro carnaval
y hasta que enterremos al Boquerón
viene gente de todos los barrios
que por calle Larios forman el follón
que perita Málaga bonita la marinerita
que es novia del sol.

Ven a bailar…

Málaga bella, en carnaval.


(Bibliografía: Anales del Carnaval de Málaga 1979-1997, de Juan José Rodriguez)